Algunas estrategias para reducir el consumo de alcohol

Las bebidas alcohólicas generan cambios en el organismo, como así también en el comportamiento, ya que afectan el sistema nervioso central. No es necesario beber en grandes cantidades o durante un tiempo prolongado para poner en riesgo nuestra salud física y mental. Aquí te presentamos algunas recomendaciones que pueden ayudarte a reconocer si estás teniendo un consumo de riesgo y cómo controlar o reducir la ingesta.

Consumo de riesgo

No todos respondemos a la ingesta de alcohol de la misma manera. Esto dependerá de factores tales como el grado de alcohol puro de la bebida, el estado de ánimo y las enfermedades pre-existentes, así como de la cantidad, frecuencia y velocidad de la ingesta y si ingerimos alimentos antes o no. En ese sentido, todo consumo de alcohol nos expone potencialmente a riesgos, ya que aún en pequeñas cantidades, el alcohol puede afectar la capacidad de respuesta de los reflejos y la percepción del espacio-tiempo, lo cual aumenta la posibilidad de lesiones y accidentes.

El consumo regular de riesgo es atribuido a aquellos hombres que consumen más de dos tragos promedio por día y a aquellas mujeres que consumen más de uno, mientras que el consumo episódico excesivo, refiere al que hacen las personas que beben más de cinco tragos en una sola oportunidad.

Un trago equivale a una lata de cerveza, una copa de vino o una medida de bebidas fuertes (aproximadamente 15 gramos o mililitros de alcohol).

Algunas estrategias para reducir el consumo de alcohol

Si estás bebiendo más de lo que quisieras o vos o tus seres cercanos identifican que beber te está trayendo problemas, aquí te acercamos algunas recomendaciones prácticas:

  1. Llevá la cuenta de cuánto estás bebiendo.Tomar nota de cada trago antes de beberlo, ayuda a ir más despacio cuando lo necesites. Buscá una manera de hacerlo que te resulte práctica: por ej. en el celular, marcando un calendario impreso o una tarjeta especial que puedas tener siempre a mano.
  2. No bebas con el estómago vacío. El alcohol es absorbido más lentamente por el organismo si antes hubo ingesta de comida.
  3. Evitá “disparadores”. Es importante aprender a reconocer qué situaciones disparan tu impulso de beber, puede ser una emoción, cierta actividad o momento del día. Anticipate todo lo posible, por ej. planificando qué vas a hacer en lugar de beber.
  4. Conocé tu “NO”. Es posible que otra persona te ofrezca compartir un trago en momentos en los que no tenés ganas. Cuanto más rápidamente puedas decir “no” a estos ofrecimientos, más fácil será no ceder. Vacilar no funciona ya que en el fondo puede que sólo te estés dando tiempo para terminar aceptando.
  5. Controlá tus impulsos de beber recordando cuáles son tus motivos para cambiar (podés conversarlo con alguna persona de confianza).
  6. Ponete metas que puedas cumplir. Decidí cuántos días por semana beber y cuántos tragos beberás esos días. Dependiendo de tu estado de salud, tu médico puede recomendar que bebas menos o la abstención.

Los problemas ocasionados por el abuso o dependencia del alcohol pueden aparecer en cualquier etapa y momento de la vida. Si estás teniendo un consumo excesivo de alcohol y deseás solucionarlo, pedí ayuda a tus personas cercanas y/o a un profesional de la salud.

Adolescencia y pandemia: algunas claves para comprenderlos mejor

Cómo impacta la pandemia en la vida de los adolescentes

El «distanciamiento social» es una de las medidas propuestas para hacerle frente al complejo escenario planteado por la pandemia. Si bien se trata de una situación difícil para todos, resulta especialmente paradójica para las/os adolescentes, quienes encuentran en la socialización una razón de ser (aunque, por suerte, no la única).

Por otra parte, si bien la pandemia y la cuarentena no necesariamente anulan los proyectos futuros, los postergan y envuelven en un manto de incertidumbre. Este también es un aspecto que en la etapa adolescente cobra mayor relevancia, ya que los jóvenes necesitan poder contar con proyectos a futuro.

Dejar entrar el sol por la «ventana de la cuarentena”

Mucho se ha mencionado durante este tiempo acerca de la importancia de conservar las rutinas. A la vez, puede ser bueno pensar esta etapa como una suerte de «paréntesis» en el que coloquemos en pausa algunas de las situaciones y características personales que pueden ser motivo de fastidio o de incomodidad.

Las situaciones de estrés exacerban condiciones previas, por lo que, además de estar atentos a estas, puede ser bueno concentrarse en el momento actual sin ahondar en enojos previos. Dejar entrar el sol por la «ventana de la cuarentena» implica en la medida de lo posible -ya que las cuestiones económicas y los interrogantes en torno al futuro son fuente de enorme preocupación- tratar de conectarse con lo mejor de cada una/o, cultivando la paciencia y aprender a identificar los mejores recursos para afrontar esta situación que hoy nos toca vivir.

Además de conservar las conexiones con los diferentes miembros de la familia y los amigos a través de los recursos que brinda la tecnología, la figura de un profesional de la salud a quien consultar en caso de ser necesario es un recurso fundamental. Ya sea a través de teleconsulta o en forma directa (con las debidas normas de cuidado), poder contar con un espacio de escucha por parte del profesional, contribuirá a esclarecer dudas y a dar continuidad, más aún en el caso de adolescentes y jóvenes con situaciones crónicas.

Dejar entrar el sol por la «ventana de la cuarentena» no implica crear un microclima que ahuyente o niegue la realidad cotidiana, sino la posibilidad de conectar con lo mejor de cada una/o a fin de generar en los otros las mejores respuestas.

Algunas recomendaciones para relacionarte con tus hijos ahora:

  • Atender la «emocionalidad» de nuestros hijos/as adolescentes, sus preocupaciones -que se funden con las nuestras- y buscar ayuda profesional cuando sea necesario.
  • Negociar, consensuar, evitando traer al presente cuestiones que pueden ser motivo de fricción.
  • Evitar hacer preguntas que incluyan el «por qué» de antemano, ya que pueden parecer o volverse reclamos. Apelar, en cambio, a preguntas abiertas -las que no pueden ser respondidas por un SÍ o por un NO- que pueden ser herramientas de importancia para facilitar un mejor diálogo y comunicación.
  • Recurrir al humor, que siempre es un recurso valioso, puede ayudar a visualizar un tiempo mejor.

Asesoró: Dra. Irene Melamed. MN 55.255. Médica pediatra y especialista en adolescencia. Centros Médicos Ambulatorios de Swiss Medical Group.

Urgencias en las especialidades médicas de mayor riesgo de contagio

El virus que produce el COVID-19 se transmite por la propagación de gotas al estornudar, toser o hablar. Algunas especialidades de la atención médica, tales como la Odontología, la Oftalmología o la Otorrinolaringología, debido que tratan las vías aéreas superiores, boca y ojos, involucran un riesgo mayor de exposición, por lo que es conveniente resolver las consultas a distancia. Sin embargo, ciertas situaciones de salud podrían presentarse de repente y requerir ser atendidas en consultorio dentro de un periodo de tiempo razonable (horas) para evitar complicaciones.

Algunos ejemplos de situaciones que podrían configurar una urgencia odontológica son: dolor en la zona de la muela de juicio, dolor importante luego de la extracción de pieza dentaria, rotura del diente o traumatismo con dolor, retiro de sutura después de la extracción, hinchazón importante en la cara, lastimaduras causadas por los alambres de ortodoncia, flemón o dolor agudo con fiebre.
En estos casos es conveniente no postergar la consulta, y también tener en cuenta que de presentar fiebre mayor de 37.5, los pacientes serán derivados con posterioridad a la resolución de la urgencia, para continuar con protocolo correspondiente a detección de COVID-19.

En cuanto a las urgencias oftalmológicas, muchas son las situaciones, pero se pueden destacar la disminución brusca de la agudeza visual -ya sea en cantidad o en calidad (imágenes deformadas)-dolor ocular intenso, visión doble, trauma, quemaduras, entre otras.

En otorrinolaringología, podrían mencionarse: pérdida súbita de audición, complicación de una otitis o sinusitis, complicación luego de una cirugía, hemorragias nasales que no se detengan espontáneamente, infecciones cervicales, entre otras.
Para tales situaciones de urgencia, los profesionales y las instituciones están extremando las medidas de precaución con el uso de equipos de protección adecuados. Sin embargo, es clave aprender a reconocer cuándo estamos ante una urgencia y cuándo no, para evitar riesgos de exposición innecesarios.

Consulta online con profesionales de cartilla

Mientras esté vigente el período de aislamiento social obligatorio, nuestros prestadores de cartilla estarán habilitados para brindarte atención en especialidades médicas, de psicoterapias, o psiquiatría, mediante plataformas digitales.

En todos los casos, el medio a utilizar y el horario de la consulta deberá ser consensuado previamente entre el prestador y el paciente.

Si el profesional te indica medicación, podrá enviarte una captura de la receta para que presentes en la farmacia de cartilla más cercana a tu domicilio.

Para acceder a este servicio deberás brindar tu conformidad a través de un consentimiento informado. La confidencialidad de la consulta virtual, no será en ningún caso responsabilidad de Swiss Medical Medicina Privada.

La prestación de este servicio está sujeta a la conformidad de cada profesional.

CONSULTAS MÉDICAS

Esta modalidad admite 2 (dos) consultas mensuales por profesional y estará disponible sólo para especialidades médicas.

CONSULTAS DE PSICOTERAPIAS Y PSIQUIATRÍA

Este servicio admite 1 (una) sesión semanal y es para quienes ya se encuentran en tratamiento.

Cuidar a quienes cuidan a otros

En el actual contexto de pandemia que estamos atravesando, la internación domiciliaria es una opción con muchos beneficios para aquellos pacientes que requieren atención continua. Uno de los aspectos clave en este proceso es el rol del cuidador principal, generalmente un familiar, quien a su vez, debe tomar precauciones para preservar su propia salud y bienestar físico y emocional.

El rol del cuidador

Un cuidador es una persona que brinda ayuda a otra que lo necesita, por ejemplo su pareja, hijo o un anciano. Reconocer esta función puede ayudar a los cuidadores a recibir el apoyo que necesitan.

El rol del cuidador principal es clave en una internación domiciliaria, ya que ésta es la persona que se hace cargo del enfermo, asumiendo la responsabilidad por su atención, apoyo y cuidados diarios. Para el personal de salud, esta persona es el nexo entre todo el equipo y el enfermo, por lo que es de gran importancia atender también, a su cuidado. Se debe, por lo tanto, considerar tanto el apoyo médico como psicológico de quien cuida, ya que su claudicación es motivo suficiente para la institucionalización de un paciente.

¿Cómo se cuida quien cuida a un paciente en casa?

En el actual contexto de pandemia, resulta prioritario seguir las medidas para la prevención del contagio, tanto a nivel personal como del entorno familiar y del propio equipo de salud: distancia física segura y bloqueo mecánico de las gotas de saliva, uso de barbijo continuo para quien entra al domicilio y uso de guantes y protecciones oculares. También es importante destinar en la casa, un espacio donde las personas que ingresen, puedan dejar las cosas que no son necesarias sanitizar.

No menos importante, es el aspecto psicosocial del cuidador y su entorno, ya que en la situación de pandemia, existe un factor adicional de estrés.

Cuidar a un ser querido es gratificante, pero genera estrés.

Para la mayoría de los cuidadores, estar ahí para atender a un ser querido cuando los necesitan es algo que están dispuestos y comprometidos a hacer. Sin embargo, es normal que quienes brindan cuidados, puedan sentir estrés físico y emocional, y ser vulnerables a los cambios en su propia salud.

Si estás a cargo del cuidado de una persona, prestá atención a estos signos:

  • Preocupación constante, irritabilidad, enojo, tristeza.
  • Cansancio gran parte del tiempo.
  • Trastornos del sueño.
  • Cambios en tu peso corporal.
  • Pérdida de interés en actividades que solías disfrutar.
  • Dolor corporal, dolores de cabeza frecuentes u otros problemas físicos.

Algunas estrategias pueden ser de ayuda para contrarrestar el estrés del cuidador: aceptar ayuda de otras personas, reconocer los propios límites y no exigirse más de lo que es posible ofrecer, establecer objetivos personales de salud (por ejemplo, una rutina de sueño adecuada o tiempo para estar activo físicamente), consultar al médico ante dudas o síntomas propios.

Ser cuidador familiar de una persona con enfermedad crónica conlleva implicaciones familiares, sociales, mentales, económicas y espirituales que merecen la atención y el reconocimiento centrado en el cuidado y autocuidado de la salud.

Asesoró: Dra. Natalia Perez y equipo. MN 131.453. Esp. en Clínica Médica y Cuidados Paliativos. Swiss Medical Medicina Privada.