Cómo usar dispositivos electrónicos y cuidar la visión

Algunas enfermedades que afectan la salud visual, como la miopía, están en aumento, probablemente a causa del mayor uso de teléfonos celulares y aparatos electrónicos.

Si bien la herencia genética es la razón principal, la exposición a pantallas luminosas y a una distancia de trabajo muy cercana puede provocar este tipo de error de refracción.

5 tips para usar aparatos electrónicos cuidando tu salud visual

  • Ajustar el brillo y contraste de las pantallas digitales al mínimo posible.
  • Utilizar siempre buenas condiciones de iluminación, tanto en el hogar como en el trabajo y evitar reflejos de otras fuentes de luz.
  • Frente a cualquier tipo de pantalla descansar la vista 5 minutos cada 40 minutos de uso, enfocando la mirada al punto más lejano posible y pestañear para hidratar los ojos.
  • Mantener limpia las pantallas de los gadgets para facilitar la lectura.
  •  Acudir a consulta oftalmológica una vez al año.

¿Sabías que 3 de cada 4 personas que tienen discapacidad visual podrían haberlo evitado?

Si sospechás un problema visual, debés acudir a la consulta con un oftalmólogo.

Fuente consultada: Consejo Argentino de Oftalmología

Salud mental: el suicidio es prevenible

Es importante superar el tabú que suele rodear al tema, como un primer paso para que todos podamos colaborar en su prevención. Cada suicidio es una tragedia que afecta a una familia, a una comunidad o a todo un país y que tiene consecuencias duraderas en las personas cercanas.

Algunos datos importantes sobre el problema del suicidio

  • Es un problema que afecta a personas de todas las edades en todo el mundo.
  • Cada año, cerca de 800.000 personas fallecen por esta causa, y otras muchas intentan suicidarse.
  • Cada día hay en promedio casi 3000 personas que ponen fin a su vida, y se estima que al menos 20 personas intentan suicidarse por cada una que lo consigue.
  • Cada 40 segundos se suicida una persona.
  • Es la segunda causa de defunción entre los jóvenes de 15 a 29 años.

Los factores de riesgo

Las enfermedades mentales, principalmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol, el abuso de sustancias, la violencia, las sensaciones de pérdida y diversos entornos culturales y sociales constituyen importantes factores de riesgo de suicidio.

Muchas personas intentan terminar con su vida en momentos de crisis que menoscaban la capacidad para afrontar las tensiones, tales como los problemas financieros, las rupturas de relaciones o los dolores y enfermedades crónicos.

También las experiencias relacionadas con conflictos, desastres, abusos y sensación de aislamiento están fuertemente ligadas a conductas suicidas.

El principal factor de riesgo de suicidio es un intento previo de suicidio.

Prevenir

Es importante superar el tabú que suele rodear al tema, como un primer paso para que toda la sociedad pueda colaborar en su prevención.

Cada suicidio es una tragedia que afecta a una familia, a una comunidad o a todo un país y que tiene consecuencias duraderas en las personas cercanas. Pero es prevenible mediante intervenciones oportunas.

Los suicidios pueden prevenirse y de hecho existen intervenciones eficaces. Ante todo, y en un plano personal, la detección y tratamiento tempranos de la depresión y de los trastornos por consumo de alcohol son fundamentales para prevenirlo.

 

La enfermedad crónica que afecta a mujeres jóvenes

Según la Organización Mundial de la Salud entre 1 y 1.5 por ciento de la población mundial tiene artritis remautoidea, principalmente, mujeres de entre 35 y 45 años.

Se trata de una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune de causa desconocida que afecta principalmente las articulaciones, aunque puede comprometer también otros órganos.

Es importante no confundirla con artrosis, ésta es otra enfermedad, también crónica, pero no propiamente inflamatoria ni autoinmune y afecta las articulaciones de forma diferente

Si no es tratada a tiempo produce deterioro articular, discapacidad física y alteración de la calidad de vida.

  • No es hereditaria en forma absoluta. Sin embargo los familiares de personas con artritis reumatoidea pueden ser más susceptibles a padecerla.
  • Existe una asociación entre el consumo de tabaco y el desarrollo de la enfermedad.

Tratamiento interdisciplinario

En el tratamiento de todas las enfermedades crónicas es indispensable un abordaje multidisciplinario para mejorar los resultados y la adherencia. Las nuevas drogas y medicamentos modificadores del curso de la enfermedad son prescriptas por el médico reumatólogo. Un tratamiento complementario con kinesiología y psicología, logra aliviar el dolor, la inflamación, detener o retrasar el daño articular y mejorar las funciones  y bienestar del paciente, ayudando a mejorar la calidad de vida.

Desgaste laboral: ¿Qué hacer y cómo detectarlo?

Cualquiera que sea la causa, el agotamiento laboral puede afectar tu salud física y mental. ¿Cuándo sospechar si lo tenés y qué podés hacer al respecto?

El agotamiento laboral o “burnout”es un tipo especial de estrés crónico relacionado con el trabajo.

Se manifiesta como un estado de agotamiento físico, mental o emocional que incluye mayor distancia mental (desapego) y sentimientos de negativismo o cinismo hacia el trabajo, y reducción de la eficacia profesional.

Los efectos negativos del burnout se pueden extender a todas las áreas de la vida, incluyendo el hogar y la vida social.

5 preguntas orientadoras sobre el burnout

¿Te resulta difícil concentrarte?

¿Te sentís desilusionado con tu trabajo?

¿Tus logros no te dan satisfacción?

¿Estás irritable o impaciente con tus compañeros de trabajo, jefes o clientes?

¿Cambiaron tus hábitos de sueño o de alimentación y consumo de alcohol?

Si respondiste afirmativamente a algunas de estas preguntas, es posible que estés experimentando agotamiento laboral.

¿Qué hacer?

Hablar con un médico o un profesional de la salud mental, ya que estos síntomas también pueden estar relacionados con otros problemas de salud, como la depresión.

El agotamiento laboral es un problema de salud que se instala gradualmente. Ignorarlo o no tratarlo a tiempo puede tener consecuencias importantes para tu salud.

Alergias en primavera: cómo reconocerlas

Es frecuente con la llegada de esta nueva estación aumenten los estornudos y, con ellos, las consultas por alergias respiratorias. Conocé más sobre una de las afecciones crónicas más comunes en todo el mundo.

¿Qué es una reacción alérgica?

Cuando tenemos alergia, el sistema inmunológico está interpretando como invasoras algunas sustancias (“alergenos”) que, de otro modo, serían inofensivas. Entonces se desencadena una respuesta exagerada produciendo anticuerpos del tipo Inmunoglobulina E (IgE). Estos anticuerpos viajan a las células, que liberan histamina y otros mediadores químicos y causan lo que conocemos como reacción alérgica.

En los casos más graves, la reacción puede llegar a poner en peligro la vida (anafilaxia). Las personas que hayan padecido una reacción anafiláctica deben llevar siempre consigo medicación que puedan autoaplicarse de inmediato ante los primeros síntomas de alergia. Si esa persona es tu hijo, hablá con el personal de enfermería y los maestros de su escuela para conocer cómo actuarían en caso de una urgencia.

¿Cuáles son los síntomas asociados?

Las reacciones alérgicas generalmente desencadenan síntomas que afectan nariz, pulmones, garganta, senos (maxilares, frontales y otros), oídos, revestimiento del estómago o piel.

En algunas personas, las alergias también pueden desencadenar síntomas de asma. En los casos más graves, la reacción que se produce puede llegar a poner en peligro la vida (anafilaxia).

Los alergenos

Múltiples sustancias pueden comportarse como alergenos, dando paso a reacciones alérgicas. Los más comunes son:

  • polen
  • polvo
  • alimentos
  • picadura de insectos
  • caspa de mascotas y otros animales
  • moho
  • medicamentos
  • látex

 ¿Cuáles son los tipos de reacciones alérgicas más frecuentes?

Existen varios tipos de manifestaciones:

Rinitis alérgica: Cuando es estacional, típicamente ocurre en otoño y primavera. Los síntomas incluyen: estornudos, rinorrea acuosa (flujo abundante de líquido por la nariz), picazón de nariz y/u ojos. Cuando es permanente, suelen estar producidos por la exposición a sustancias del hogar tales como mascotas, polvo o ácaros.

Sinusitis y otitis media: son inflamaciones del oído y los senos (cavidades de aire en los huesos de la cara).

Conjuntivitis alérgica: ocurre cuando los ojos reaccionan a los alérgenos con enrojecimiento, picazón e hinchazón.

Dermatitis atópica: también conocida como “eczema”, a menudo resulta de la exposición de la piel al alérgeno. Se manifiesta por picazón, enrojecimiento, descamación. El 80% de los casos comienza en la infancia.

Urticaria: se caracteriza por erupción cutánea que causa picazón. Generalmente se desencadena por la ingesta de medicamentos o determinados alimentos.

Asma: es una enfermedad pulmonar crónica que se caracteriza por tos, sensación de falta de aire, opresión y silbido en el pecho. Cuando se tiene alergia, los alérgenos que ingresan a través de la respiración pueden inflamar la vía respiratoria y estrecharla, dificultando el pasaje de aire. El asma también se puede desencadenar por infecciones respiratorias o la exposición a irritantes como el humo de tabaco.

Alergia alimentaria: los desencadenantes más comunes son las proteínas de la leche de vaca, huevos, maníes, nueces, pescados y mariscos. Puede ser grave y poner en riesgo la vida.

¿Cómo se diagnostican y tratan las reacciones alérgicas?

El médico realizará una exhaustiva historia clínica y un cuidadoso examen físico. Pueden realizarse pruebas de alergia en la piel y análisis de sangre para identificar qué sustancias provocan alergia.

Una vez identificado, el profesional indicará el tratamiento más adecuado para cada paciente, que puede incluir distintos tratamientos desensibilizantes.

La mayoría de las alergias se pueden tratar sin dificultad con medicamentos.

Asesoró:

Dra. Zulma Blanco. Médica. M.N. 98.824. Auditoría Médica de Farmacia. Swiss Medical Medicina Privada.