COVID-19: ¿Qué debemos saber sobre la variante Delta?

Por sus características, los virus mutan constantemente y es por eso que actualmente en todo el mundo circulan y coexisten múltiples variantes del virus que causa COVID-19.  

Según la mutación que se genera, puede cambiar su capacidad de contagiar. 

La variante Delta se identificó por primera vez en la India a fin de 2020 y al momento está presente en más de 100 países. Es una de las variantes consideradas “de preocupación” por la Organización Mundial de la Salud (OMS), eso quiere decir que está bajo vigilancia ya que se la asociada a un repunte de casos en los países donde se volvió preponderante. 

Según reportes del MSAL, las variantes con circulación comunitaria que tienen más presencia en la Argentina son las conocidas con los nombres de Manaos, Andina y Reino Unido

¿Es más contagiosa que las otras variantes? 

Estudios preliminares muestran que es 60% más transmisible que la variante Alfa (Reino Unido). La transmisibilidad es similar en personas vacunadas como no vacunadas. 

¿Es más severa la enfermedad que causa? 

Hasta ahora se ha observado un riesgo mayor de hospitalización. Según ha informado la Organización Mundial de la Salud (OMS) las vacunas disponibles continúan protegiendo contra la enfermedad severa. 

¿Hay alguna forma de retrasar la aparición de nuevas variantes? 

La mejor manera es seguir con las medidas generales de protección que ya aprendimos: ventilación de ambientes, higiene de manos, distanciamiento físico y uso de tapabocas. Y, en la medida en que sea posible, vacunarse. 

Limpieza y cuidados del tapabocas

Cuándo y cómo lavar tu tapabocas

  • ¿Cuándo?

Cada vez que el tapabocas se ensucie, se humedezca, o, como mínimo, diariamente.

  • ¿Cómo?

Podés lavarlo a mano o en lavarropas junto con el resto de las prendas.

El jabón común o detergente para ropa son adecuados.

Podés secarlo en secadora tibia o caliente, o al sol.

Cuándo reemplazar tu tapabocas

Al lavarlo con frecuencia es probable que tu tapabocas se desgaste. Si notás que está rasgado, roto o estirado (y ya no te ajusta adecuadamente) es momento de desecharlo.

Cómo guardar tu tapabocas

Si está húmedo o sucio guárdalo en una bolsa de plástico cerrada hasta que puedas lavarlo. Es mejor hacerlo cuanto antes para evitar la proliferación de moho.

Si te lo quitaste temporalmente para volver a usarlo más tarde podés guardarlo en una bolsa de papel seca.

Si te lo quitaste para comer o beber, podés guardarlo en el bolsillo, la cartera o en una bolsa de papel.

En ambos casos, al volver a colocártelo, asegurate de mantener siempre el mismo lado hacia afuera.

Recordá:

  • Manipulá el tapabocas por las tiras.
  • Siempre higienizá tus manos cada vez que toques un tapabocas usado.

¿Sabías que..?

  • Cuando el tapabocas está húmedo, no sólo dificulta tu respiración sino que se vuelve menos eficaz

Usar tapabocas casero como única medida de protección NO alcanza. Debe combinarse con higiene de manos frecuente, distanciamiento físico de 2 metros y ventilación de ambientes.

Día Mundial contra la hepatitis

«La hepatitis no puede esperar»

Es el lema de la campaña de este año, centrado en la urgencia de los esfuerzos necesarios para eliminar la hepatitis como una amenaza para la salud pública para 2030.

¿Sabías que?

Cada 30 segundos una persona muere a causa de una enfermedad relacionada con la hepatitis, incluso en la actual pandemia por COVID-19.

Al menos un 60% de los casos de cáncer hepático se deben a un diagnóstico y tratamiento tardíos de las hepatitis B y C.

9 de cada 10 personas que viven con hepatitis viral no conocen su diagnóstico.

4 preguntas y respuestas sobre la hepatitis

1) ¿Qué es la hepatitis?

La hepatitis viral es una inflamación del hígado que causa una enfermedad hepática grave y cáncer hepatocelular.

Hay cinco cepas principales del virus de la hepatitis: A, B, C, D y E. Las hepatitis B y C son las más comunes, y pueden mantenerse asintomáticas durante años o décadas.

2) ¿Cómo se contraen las hepatitis A, B y C?

La hepatitis A es causada generalmente por la ingestión de agua o alimentos contaminados. Esta infección está estrechamente asociada a la falta de agua salubre, un saneamiento deficiente y una mala higiene personal.

Las principales vías de transmisión de la hepatitis B son:

  • perinatal (de la madre al hijo durante el parto)
  • inyecciones y transfusiones contaminadas.
  • contacto sexual sin protección.
  • por reutilización de agujas y jeringas bien en entornos sanitarios o entre consumidores de drogas inyectables.
  • durante procedimientos médicos, quirúrgicos y dentales, la aplicación de tatuajes o mediante el uso de máquinas de afeitar y objetos similares contaminados con sangre infectada.

La hepatitis C se contagia:

  • al consumir drogas inyectables y compartir el material de inyección.
  • en entornos sanitarios, debido a la reutilización o la esterilización inadecuada de equipo médico, especialmente jeringas y agujas.
  • durante procedimientos médicos, quirúrgicos y dentales, la aplicación de tatuajes o mediante el uso de máquinas de afeitar y objetos similares contaminados con sangre infectada.
  • a través de transfusiones de sangre y productos sanguíneos sin analizar.
  • por vía sexual
  • puede pasar de la madre infectada a su hijo.

3) ¿Existen vacunas contra las hepatitis virales?

Podemos protegernos contra la hepatitis A y B vacunándonos.

La vacuna contra la hepatitis B previene la infección, la aparición de una enfermedad crónica y el cáncer de hígado causado por el virus de hepatitis B.

4) ¿Existe tratamiento para hepatitis B y C crónica?

Sí, existen tratamientos para curar la hepatitis C y para controlar la hepatitis B.

Semana mundial de la Lactancia Materna

Hace 28 años, la Alianza Mundial pro Lactancia Materna (WABA) lanzó por primera vez, la Semana Mundial de Lactancia Materna que se celebra del 1 al 7 de agosto en más de 170 países. Durante la misma se realizan acciones de protección, promoción y apoyo al amamantamiento.

“Lactancia Materna: una responsabilidad compartida”

El lema de este año se centra en la responsabilidad de toda la sociedad: del sistema de salud, del lugar de trabajo, de la comunidad y de los familiares y amigos/as, ya que si cada eslabón de la cadena coordina esfuerzos, se logra un apoyo continuo que protege la lactancia materna.

Amamantar en el contexto de pandemia

Hasta el momento, no se ha demostrado la transmisión de la enfermedad  a través de la leche humana. La leche materna es el alimento ideal para los niños, tiene múltiples beneficios, entre ellos, la transferencia de anticuerpos y factores inmunológicos que protegen al bebé de muchas enfermedades. Por lo tanto, no dejes de amamantar a tu hijo.

Un reciente documento de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) apoya la lactancia materna tanto en mujeres COVID positivas como en madres sin infección que hayan recibido o estén por recibir la vacuna contra el coronavirus SARS-CoV-2.

Lactancia materna y vacunación contra COVID-19

Con relación a la vacunación de mujeres que se encuentran amamantando, el Ministerio de Salud de la Nación la avala siempre y cuando tu médico/a tratante la indique, luego de haber evaluado los riesgos y beneficios, así como tu propia aprobación luego de la entrevista.

Tu médico/a evaluará, entre otras cosas, el tipo de actividad laboral que desarrollás, si tenés alguna enfermedad asociada (como por ejemplo enfermedades respiratorias o cardiovasculares crónicas, diabetes y afecciones oncológicas, entre otras), las características de las vacunas y su disponibilidad.

Actualmente, y en función de los datos de seguridad y eficacia de los que se dispone, no existe contraindicación para recibir ninguna de las vacunas que se encuentran autorizadas en nuestro país.

Si estás amamantando, podés vacunarte contra el COVID-19. Consultá con tu médico/a.

5 datos importantes sobre lactancia materna y vacunación contra COVID-19

  • Al igual que sucede tras la vacunación contra otros virus, la leche de madres lactantes vacunadas contra COVID-19 contiene anticuerpos generados por la vacuna, lo que protegería al lactante.
  • Es muy improbable que los componentes de las vacunas contra COVID-19 puedan excretarse en leche materna y, en cualquier caso, serían digeridos en el intestino del lactante.
  • Los lactantes de madres vacunadas no presentaron ningún problema atribuible a la vacunación.
  • Si  bien la vacunación puede causar en la madre algunos efectos adversos infrecuentes y generalmente mínimos, ninguno de ellos contraindica continuar con el amamantamiento.
  • Tras la vacunación contra COVID-19, al igual que ocurre con otras vacunaciones, pueden aparecer ganglios axilares palpables del mismo lado de la inyección de la vacuna. Se trata de un efecto secundario transitorio que habitualmente no compromete la continuidad de la lactancia.

Estrés tecnológico

La hiperconexión digital no es algo nuevo, sin embargo, a partir de la pandemia por COVID-19 usamos los dispositivos digitales para casi todo: trabajar, estudiar, hacer trámites, recrearnos y hasta reunirnos con amigos y familiares. Más allá de las restricciones impuestas en cada etapa, muchos de estos nuevos hábitos y rutinas, se mantienen en nuestra vida cotidiana. Este cambio tan significativo, puede implicar para muchos, lo que se ha popularizado como “estrés digital” o “estrés tecnológico”.

Riesgos para la salud

Existen variadas definiciones que intentan dar cuenta de esta problemática, muchas de las cuales la consideran una enfermedad. A pesar de ello, hasta el momento, las investigaciones científicas son escasas y tampoco se la encuentra considerada dentro de las clasificaciones diagnósticas de referencia internacional. Sin embargo, existen riesgos para la salud derivados del uso excesivo de dispositivos y tecnologías, y se los puede prevenir.

Algunos signos y síntomas que pueden estar relacionados con el uso excesivo de dispositivos y tecnologías:

  • Trastornos del sueño
  • Cansancio
  • Falta de energía recurrente
  • Menor agilidad motora y mental
  • Mayor irritabilidad
  • Patologías oculares
  • Problemas osteomusculares (contracturas, síndrome del túnel carpiano)
  • Dolor de cabeza por tensión
  • Calambres
  • Sobrepeso
  • Ansiedad
  • Depresión
  • Dificultades de relación
  • Conductas de aislamiento social

Algunas señales que pueden indicar una exposición excesiva a tecnologías:

Cada persona desarrolla sus hábitos de uso de dispositivos según las propias necesidades y obligaciones, pero existen ciertas señales que pueden indicarnos si estamos utilizando o exponiéndonos de forma excesiva a los mismos.

Prestá atención si:

  • Sentís una necesidad imperiosa de mirar el celular constantemente por miedo a estar perdiéndote de ver mensajes o información en redes sociales.
  • Estás descuidando otras actividades y cosas que te gusta hacer por priorizar lo digital.
  • Recibís quejas de familiares o de tu pareja por falta de atención.
  • El celular se convirtió en tu forma habitual de comunicarte prefiriendo enviar un mensaje a hablar, incluso con personas que están en la misma casa.
  • Tenés la sensación de no descansar nunca.
  • Notás que perdiste el interés por el trabajo o los estudios o que hay una disminución del rendimiento en estos ámbitos.
  • Te sentís nervioso/a o hiperactivo/a si no estás conectado/a.
  • Tenés dificultad para concentrarte o retener información.

7 tips que pueden ayudarte a regular el estrés por uso de tecnologías:

1. Tomá descansos a lo largo del día, evitando cualquier medio de comunicación y relajándote.

2. Es mejor realizar de manera óptima, una o dos tareas, y no sobrecargarte con demasiadas tareas en simultáneo. En caso de que debas hacer varias tareas al mismo tiempo, procurá que sean tareas parecidas de ser posible.

3. Silencio digital: decidí de forma consciente y en función de tus obligaciones y necesidades, cuáles querés que sean tus horarios de conexión y de desconexión. Silenciá el celular y decidí cuándo querés responder las llamadas o mensajes. Desactivá las notificaciones. Utilizá el “modo avión”cada vez que quieras desconectar y para evitar distracciones cuando querés hacer otra cosa (podés avisarle a tus contactos frecuentes que entrás en modo avión para evitar los mensajes).

4. Destiná tiempo para actividades y ocio analógicos (ej. leer un libro, dibujar, cantar, bailar, hacer deporte, cocinar, hacer jardinería, meditar).

5. Priorizá retomar aquellas actividades que disfrutabas antes de la pandemia y que las restricciones del momento permitan.

6. No lleves tus dispositivos a la cama. Tampoco los uses mientras estás almorzando o cenando.

7. Mantené hábitos saludables en cuanto a alimentación, sueño, ejercicio, actividad al aire libre.