Gamers: ¿Cuándo puede volverse problemático jugar?

En épocas de aislamiento social obligatorio los más chicos o incluso los adultos pueden aumentar el uso de videojuegos. Si bien en la gran mayoría de las personas no existe ningún trastorno, el exceso puede llegar a ser un problema y causar deterioro afectando los aspectos personal, familiar, social, educativo, u otros de la vida.

El año pasado la Organización Mundial de la Salud (OMS) incluyó en su Clasificación Internacional de Enfermedades (ICD-11) el trastorno por videojuegos dentro del grupo de las enfermedades mentales.

Este comportamiento de juego «continuo o recurrente» va acompañado de:

1) pérdida de control de la conducta en cuanto al inicio, frecuencia, intensidad, duración, finalización y contexto en que se juega

2) aumento de la prioridad. que se otorga a los juegos frente a otros intereses vitales y actividades diarias.

3) continuidad en el creciente interés o mantención de esta conducta, pese a las otras dos consecuencias negativas.

Independientemente de la edad que tengas, si estás jugando a los videos sin parar y dejaste de compartir actividades con tu familia o amigos, no estás pudiendo dormir y sólo pensás en el juego, es momento de buscar ayuda profesional.