Los más pequeños y el agua: cómo evitar accidentes

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Para los niños, jugar en el agua es una experiencia divertida y a la vez, una buena forma de hacer ejercicio. Pero es necesario tener en cuenta que el agua también representa un riesgo y que el rol de los adultos es fundamental en la educación y prevención de accidentes.

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Los niños pequeños son especialmente vulnerables ya que se pueden ahogar en menos de 6 cm de agua. Esto significa que se puede producir un ahogamiento incluso en recipientes con poca cantidad de agua como baldes, palanganas y piletitas inflables. Lo mismo sucede en la bañera, donde los niños pequeños deben tener control permanente de un adulto.

Para poder evitar los accidentes debemos tener presentes las medidas de prevención y mantener siempre conductas seguras.

Aprender a nadar y a pedir auxilio

 Una forma importante de prevención es que los chicos aprendan a nadar a partir de los 4 o 5 años de edad (aunque esto no garantiza que puedan nadar sin ayuda en una emergencia). Asimismo, es una buena idea que si vos no sabés nadar, aprendas a hacerlo.

Debemos enseñarles a los niños a respetar las indicaciones de los guardavidas –ya sea en la pileta o en otros entornos naturales-, así como las señales de precaución y prohibición de baño. También es importante que aprendan a pedir auxilio y que eviten los “juegos de manos” en la pileta.

La noción de peligro no se adquiere sino hasta los 4 o 5 años de edad, por eso el adulto debe tener visión permanente del niño mientras éste se encuentre dentro o cerca del agua.

Los lactantes, los niños de 1 a 3 años y los que todavía no nadan del todo bien, deben recibir supervisión táctil (al alcance de la mano) por parte de un nadador adulto.

En la pileta

  • Las cercas o vallas de seguridad alrededor de la piscina deben tener un mínimo de 1.2 metros de altura y barrotes separados por una distancia no mayor a 10 cm, para evitar que el niño pueda pasar por ese espacio. También es recomendable utilizar cubiertas protectoras y que el borde sea antideslizante.
  • Si la pileta tiene boca de succión, asegúrate de que esté cubierta con una rejilla de trama pequeña.
  • Verificá que no queden juguetes e inflables en la pileta, para impedir que quieran ir a buscarlos cuando estén solos.
  • Tené en cuenta que los dispositivos inflables de flotación pueden provocar una falsa sensación de seguridad y no ser suficientemente eficaces para proteger a los niños de un ahogamiento.
  • Alejá las sillas o reposeras de los bordes de la pileta. Estas podrían servir al niño para trepar y acceder al agua.

 

En los cursos naturales de agua

  • Antes de permitir el ingreso de los niños, verificá la temperatura del agua: entrá en el agua despacio y asegurate que tanto vos como tu hijo están a gusto. Una temperatura inferior a los 20°C es demasiado fría para la mayoría de los nadadores.
  • La temperatura corporal desciende más rápido en el agua que sobre la tierra y es fácil alcanzar una hipotermia. Si el niño tiembla o presenta calambres musculares, sacalo del agua inmediatamente.
  • Los niños deben utilizar salvavidas al nadar y al navegar. Los menores de 5 años deben tener un cuello de flotación que mantenga su cara y cabeza fuera del agua.
  • Para evitar el riesgo de lesiones en aguas cuyo fondo sea de rocas o corales, es necesario proveerles de un calzado liviano.

Recordá

Ante el menor indicio, aunque sea dudoso, de que un niño tiene algún tipo de dificultad en el agua, la conducta inmediata es sacarlo.

El ahogamiento es una causa de muerte y discapacidad muy común en niños menores de 3 años.

 Dra. María Florencia Biasioli

Médica Pediatra

M.N. 134.799

Swiss Medical Center

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