¿Qué hacer cuando los niños piden una mascota?

Frecuentemente surge en los más chicos el interés por tener una mascota, lo cual, además de enriquecer la vida familiar, puede ser una experiencia muy beneficiosa para su desarrollo, pero hay ciertos factores que deben tenerse en cuenta para garantizar que el bienestar sea mutuo.

Para tener en cuenta al tomar la decisión

La decisión de tener una mascota implica una profunda reflexión para la familia, ya que recibirla contempla una serie de responsabilidades. Por ello, es importante ser objetivos a la hora de evaluar si las condiciones son favorables para traer a este nuevo integrante: necesitan cuidados, amor, tiempo, recursos y adiestramiento. Los adultos deben ocuparse de que el niño se haga cargo de proporcionar cariño y también cuidados a su mascota, según el nivel de desarrollo alcanzado por éste. En este sentido, es conveniente definir qué animal se podría adaptar mejor a las condiciones particulares de cada hogar, considerando el espacio físico, la edad de los niños, la disponibilidad y sus necesidades. Por ejemplo, generalmente, un perro requiere de uno a tres paseos diarios y un gato requiere ser peinado dos veces a la semana.

En esa línea, es importante conocer las características y las diferentes conductas de especies y razas. El dicho popular dice que “el perro es el mejor amigo del hombre», por lo que ellos son considerados los más sociables o los que más interaccionan con los sentimientos o emociones humanas. Por ese motivo, tal vez se trate del animal más recomendable. Sin embargo, cada mascota genera una interacción diferente con su entorno; ya sea un pez o un roedor, lo principal es la responsabilidad que la familia tenga con ese ser y cómo los niños aprenden a establecer relaciones de cuidado y cariño. Incluso, hoy en día se registra un aumento de mascotas exóticas tales como hurones, erizos, hámsteres, cobayos, tortugas acuáticas, iguanas, sapos, peces, loros y otras aves que, si bien requieren cuidados específicos (sobre los que debe buscarse buena orientación) también pueden ser apropiados para vivir en ambientes más pequeños.

Considerá también el estado de salud de tus hijos antes de adquirir una mascota. Por ejemplo, una mascota que requiera que la manipulen frecuentemente no es recomendable para ningún niño inmunodeprimido, y los niños con eczema deberían evitar los acuarios.

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 Los beneficios de tener una mascota

 Desarrolla el sentido de responsabilidad. Ocuparse de su limpieza o alimentación, permitirá que el niño, a través de la experiencia, desarrolle el valor de lo que significa hacerse cargo de este ser vivo.

  • Ayuda a la socialización. La mascota estimula y convoca el interés de su dueño, por ejemplo, al compartir juegos.
  • Genera empatía. El niño empieza a ponerse en el lugar del otro, en este caso, de un ser indefenso, que puede tener hambre, por ejemplo. Para favorecerlo, es central explicarles que los animales no son ‘cosas’ ni ‘juguetes’, sino que sienten, al igual que ellos.
  • Favorece la autoestima del niño al valorar su capacidad para hacerse cargo de otro ser.
  • Se convierten en una compañía incondicional. Un animal no hace juicios de lo que se le dice, sólo escucha, y eso reconforta.
  • Estimula el desarrollo emocional a través del lazo de afecto.
  • Contribuye al aprendizaje moral. No maltratar a un animal es algo que se aprende del código moral familiar. Por ello, si el entorno no está convencido, no es recomendable adoptar mascotas, porque el niño podría percibir al animal como algo que molesta o replicar la indiferencia hacia el mismo.
  • Enseñan el ciclo de la vida. La muerte accidental o por enfermedad de una mascota explica el ciclo de vida-muerte en una dimensión diferente. Tener esta experiencia puede implicar sufrimiento, pero en la conversación con los papás, el enfrentar la desaparición de ese ser puede proveer una importante enseñanza.

Algunos riesgos para la salud y su prevención

Agresiones y lesiones

La agresión es una de las principales preocupaciones a la hora de decidir tener una mascota en casa. Esta es una conducta emocional propia del estrés de un animal, que puede darse por malas condiciones de manutención (que son responsabilidad de sus cuidadores) por condiciones propias a la naturaleza del animal o por factores clínicos.

Las estadísticas indican que el mayor porcentaje de víctimas de mordeduras de perros son niños de 5 a 9 años, edad donde comienzan a relacionarse muy activamente con los animales, aunque sin plena conciencia de si están siendo invasivos o muy entusiastas. Para evitar estos accidentes, se recomienda no molestar a los animales mientras comen, duermen o tienen a sus crías cerca. De todas formas, existen lesiones producidas por animales que son consecuencia de juegos o sin intención de causar daño.

Enfermedades

Los animales pueden transmitir diversas enfermedades infecciosas al ser humano, denominadas «zoonosis». El contagio puede ser de origen viral, bacteriano o parasitario (y, en menor frecuencia, por hongos) a través de mordedura, arañazo o por contacto con excrementos, saliva o caspa animal.

Las medidas preventivas simplemente implican la tenencia responsable de las mascotas, con controles veterinarios periódicos y vacunación; evitar que se alimenten con restos obtenidos de la calle; ofrecer alimentación envasada, un área limpia donde vivir y propiciar la desparasitación periódica. En los gatos, particularmente, se debe evitar que salgan a la calle y estén en contacto con animales silvestres.

6 recomendaciones para cuidar tu mascota y la salud familiar al mismo tiempo:

  1. Vacuná a tu mascota para reducir las probabilidades de trasmisión de infecciones a tus hijos.
  2. Después de tocarla, manipular su comida, limpiarle la jaula y todos sus recipientes, lávense siempre las manos.
  3. Usen guantes para limpiar sus excrementos. Los niños no deberían ocuparse de estas tareas sin supervisión adulta.
  4. Eviten besarla o tocarla con la boca, ya que las infecciones se pueden trasmitir a través de la saliva. No compartan alimentos con ella.
  5. No dejen que entre a lugares donde se manipulan alimentos y no la bañen ni limpien su jaula o acuario en la pileta de la cocina o bañera.
  6. Controlá pulgas y garrapatas. Pueden ser portadoras de enfermedades de fácil transmisión a los niños.

Si vas a viajar por el país con tu perro o gato recordá

  • Llevá el certificado de vacunación antirrábica Recordá que la vacunación es obligatoria para para perros y gatos con buen estado de salud a partir de los 3 meses de edad y que anualmente hay que revacunarlos.
  • Por vía aérea: llevá el certificado de salud, también conocido como aptitud para el traslado. Consultá en la compañía aérea si tiene alguna exigencia propia.

Dra. Romanette Hurtado Latapiat

M.N. 93.611

Coordinadora de Pediatría de Swiss Medical Center

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