Durante el verano y la realización de actividades recreativas, el oído, al igual que la piel y otros órganos, se expone mucho más al sol y al agua. Si no tomamos los recaudos adecuados, éste puede fácilmente afectarse y lastimarse.
La otitis externa aguda
La otitis es el tipo más común de infección que experimentamos en el verano. En ella, se ve afectado el conducto auditivo externo.
Se genera cuando se acumula demasiada agua o humedad en el oído, que maceran la piel y permiten la sobreinfección por los microorganismos que normalmente habitan en el propio conducto o en el agua.
Por eso es importante asegurarnos de que los oídos no se encuentren llenos de cera o detritus antes de meternos en la pileta ya que su exceso favorece la aparición de estos cuadros. Además, no es aconsejable el uso de cotonetes, ya que lastiman y traumatizan el oído y también aumentan las posibilidades de infección.
¿Cuáles son los síntomas?
La otitis externa aguda puede producir picazón, inflamación y enrojecimiento, dolor intenso e inclusive supuración del oído.
¿Cómo prevenir la otitis?
Una forma de prevenirla es asegurarnos de secar los oídos correctamente después de la pileta. Podemos ayudarnos con un secador de pelo en modo frío y suave, o colocando un par de gotas de alcohol boricado al terminar la inmersión.
También es muy importante el mantenimiento adecuado de las piletas, controlando adecuadamente su limpieza y ph. Su falta de cuidado e higiene permite el crecimiento de múltiples microorganismos que son potencialmente dañinos para la salud.
Otros cuidados externos
Es bueno recordar el uso del protector solar en las orejas. Usualmente olvidadas, también deben ser cubiertas por protector o protegidas mediante un gorro o sombrero. Su piel es muy sensible, y al estar expuesta continuamente al sol, puede padecer quemaduras solares.
Dr. Leonardo J. Zambrano G.
Médico Espec. en Otorrinolaringología
M.N. 138653
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