Tener un bebé puede ser uno de los momentos más felices en la vida de una familia, ya que es una de las experiencias más transformadoras que se puede experimentar, especialmente, si es por primera vez.
Pero desde que se tiene conocimiento del embarazo, durante el parto y cuando está al recién nacido en casa, es normal que surjan dudas.
No hay que preocuparse, lo más importante es no perder la calma, ya que nadie nace sabiendo y los padres aprenden día a día, según vayan conociendo al bebé, así como el bebé a ellos, y también conocerse en ese nuevo rol.
El puerperio es la etapa que comienza para la mujer inmediatamente después del nacimiento, que generalmente dura 40 días, aunque puede extenderse por varios meses. Es el período en el que retroceden los cambios en el cuerpo que se produjeron durante los 9 meses de la gestación y, si bien existe un puerperio inmediato que se produce en las primeras 24 a 48 horas inmediatas luego del parto, está el puerperio prolongado.
En este proceso, la mujer atraviesa procesos emocionales nuevos que también se mezclan con el cansancio físico del parto.
Uno de los primeros síntomas del puerperio es un sangrado que las mujeres experimentarán durante los primeros días, vinculado al nacimiento del bebé, que irá disminuyendo progresivamente. Otro de los cambios importantes es el comienzo de la lactancia.
La internación posparto de la mamá, junto al recién nacido, suele tener una duración de 24 a 72 horas. Durante estos días, le realizarán controles como la toma de la temperatura, presión arterial, chequeo del útero, ver cómo va la lactancia, entre otros. Y obviamente, al bebé también se le realizarán los controles de rutina y se le aplicarán las vacunas por calendario.
Es importante no irse de la clínica con dudas, aprovechar que está el equipo de salud a disposición para brindarle toda la información que la mamá necesita, y la familia, para llegar a casa con tranquilidad.